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Concebir la posición analítica en un grupo de pacientes con problemas en la procreación
Viviana Wainstein

El desarrollo médico-bio-tecnológico otorga a muchas personas con problemas en la reproducción y/o diagnóstico de infertilidad la posibilidad de ser padres y tener un hijo aliviando así su dolor. Ninguna pareja supone que el día que se proponga suspender los cuidados contraceptivos el embarazo deseado no llegará. La no fertilidad/esterilidad suele ser un acontecimiento fortuito, contingente que puede sucederles a otros pero que no suele ser pensado, tampoco fantaseado para sí. Así, cuando después del primer año de demora en la concepción, se plantea la necesidad de una consulta médica especializada y surgen los diversos diagnósticos posibles acerca de aquello que obstaculiza el embarazo esperado, el proyecto vital de una pareja se resquebraja,  debiendo esto ser elaborado intrapsíquicamente (Jadur y Duhalde 2006).

En tanto que es el cuerpo el que no responde como se esperaba, la consulta es a las ciencias médicas,  no al psicoanálisis, y la primera demanda recae sin discriminación en la figura del médico. Surgen así, en el contexto de la relación médico-paciente, temores relacionados a no poder lograr la maternidad/paternidad biológicas, a la pérdida de la continuidad genético-familiar, a no  controlar y disponer sobre el propio cuerpo y a incluirse en un universo desconocido: el de los médicos, enfermedades y pacientes.

Psicoanálisis-salud-salud mental

Las actuales problemáticas humanas, sociales, económicas, políticas, en este mundo globalizado, han complejizado progresivamente las demandas en salud y salud mental. Como psicoanalistas, es conveniente re-pensar algunas conceptualizaciones metapsicológicas y plantearnos intervenciones reconociendo la existencia real de situaciones que ponen en riesgo la subjetividad de las personas y de grupos poblacionales.

Los escritos sociales y sobre la cultura de Freud no han perdido vigencia. Nos llaman a corrernos de lo que denominamos “modelo psicoanalítico hegemónico”, ya que justamente la extraterritorialidad del diván permite seguir poniendo a trabajar las teorías fundamentales. En la medida en que no haya palabra psicoanalítica, se deja librado el campo del pensamiento el surgimiento de ideas que evitan la interrogación, obstaculizan el conocimiento, el enlace del afecto–pensamiento-acción, los cambios en la subjetividad.

Ante las críticas casi permanentes al psicoanálisis, especialmente frente a estos temas, vale poner en debate, siempre abierto, la función y posición del analista contextualizando su praxis geográfica, política y culturalmente. El campo de la demanda actual incluye la valorización extrema del tiempo, sin contemplación de fines, sin compás de espera. Se cabalga sobre la acción, directamente desde la idea, con ausencia de procesamiento. No alcanza con contemplar la renovación de paradigmas de la modernidad para justificar la existencia de terapias alternativas con soluciones mágicas y rápidas que  no resuelven, ni satisfacen, los pedidos de ayuda formulados. Tampoco se delibera sobre las consecuencias de los cambios vertiginosos de la tecnología. Es por ello que acuñamos una frase: Los desarrollos científico- bio-tecnológicos avanzan más rápidamente que la capacidad que tienen las personas y la comunidad para asimilarlos.

El psicoanálisis y el sufrimiento desplegado en la demanda, nos exigen cuestionar de forma permanente nuestro posicionamiento y sus efectos en la transferencia. Recordemos el artículo donde Puget y Wender (1982) mostraron el impacto en lo personal y en la función analítica de los sucesos de la realidad. En este caso podemos referirnos a los avances médicos y los tratamientos de fertilización asistida. El material que traen los pacientes en las sesiones/consultas puede, en ocasiones, invadir los procesos transferenciales, la atención flotante, la asociación libre. La ideología del analista, concepciones prejuiciosas, e incluso desinformación científica, atentan contra la escucha del dolor y la perplejidad que proviene de hombres y mujeres que desean un hijo. Lo dilemático y dificultoso es articular la realidad externa y las consecuencias tramitables intra-intersubjetivamente en el análisis y en el interjuego transferencial con quienes construimos una vincularidad. Berenstein y Puget (1997) comentan además, lo intrincado de definir y caracterizar las representaciones inconscientes de los aspectos socioculturales a los que denominan “lo transubjetivo”.

Trabajando en grupo

¿Por qué un grupo de pares? Cuando los problemas orgánicos convocan y hay sufrimiento psíquico, la comprensión en primera instancia puede devenir de la identificación con un semejante. Se trata del “acompañamiento en el camino de aquel al que le pasa lo mismo”. Las parejas evitan así el autoaislamiento, la soledad, el desasosiego y la segregación. Esto es lo que sucede habitualmente, con grupos de pacientes con cáncer, VIH, esclerosis múltiple, afasia, diabetes, obesos, drogadependientes, alcohólicos. Es que fuera de la pareja y de la relación con el médico y/o el equipo especializado, suele ser difícil abordar el problema. Las presiones familiares y de los amigos por la falta de un niño, son una carga tanto cultural como afectiva que es dura de soportar. En el transcurso de los estudios diagnósticos o de los diversos tratamientos posibles, el esclarecimiento de las dudas y la contención, son imprescindibles y no se pueden resolver tan sólo en la consulta médica. En este sentido, el espacio más pertinente es el psicoanalítico/psicoterapéutico, que permite tramitar las consecuencias del problema reproductivo en la subjetividad y minimizar la presencia perturbadora de síntomas en la vida cotidiana. Sin embargo, un grupo de pares puede ser un ámbito adecuadamente complementario, que no excluye el dispositivo analítico, como facilitador privilegiado de la tramitación intrasubjetiva.

En el intercambio grupal se teje una trama de identificaciones, que facilita la puesta en palabra de sentimientos, miedos, deseos. Los coordinadores psicoanalistas muestran además, un estilo diferente de vincularse con los otros, escuchando, preguntando.

Adquirir manejo y comprensión de terminología médico-técnica, conocer los métodos diagnósticos y los procedimientos, disminuye la ansiedad y la inseguridad  que provoca lo desconocido y contribuye a evaluar los caminos viables. Es por ello que se invita a reproductólogos, biólogos o bioquímicos, con el fin de aclarar dudas, escuchar alternativas novedosas y elegir cuándo, dónde y qué sugerencia médica suscribir.

Es de importancia desmitificar los fantasmas y equívocos que encierra la palabra infertilidad/ esterilidad, tanto para los propios pacientes como en la comunidad. Por consiguiente, cada participante se desempeña como agente modificador en el medio donde desenvuelve, rompiendo dogmatismos y generando una imprescindible apertura de pensamiento.

Desde su función como co-coordinadoras las psicoanalistas no utilizan la interpretación como herramienta. Un señalamiento, una palabra o una idea, incluso de cualquier miembro, son generadores de movimientos intrapsíquicos que aparecen en permutas vinculares, en la expresión verbalizada, en la transformación de conductas y actitudes. Además, es de destacar el peso de las transferencias múltiples en la comprensión de los fenómenos que se desencadenan.

Aunque en el grupo se exponen aspectos de la privacidad, los integrantes se sienten protegidos emocionalmente, en tanto el sostén profesional garantiza la circulación de sentimientos y el despliegue de fantasías. Como psicoanalistas, apuntalamos también los aspectos yoicos de los sujetos, afianzando y fortaleciendo “lo posible” de las realidades puntuales. De esta manera, los integrantes del grupo se adueñan  como sujetos de sus propias capacidades.

Los obstáculos en la procreación no deberían infertilizar otros aspectos del desarrollo vital. Una pareja del grupo tomó el “no infertilizar la vida” como frase paradigmática que les brindó energía para continuar con los tratamientos e incorporarlos al cotidiano existir con esperanza.  Poder re-encausar proyectos postergados, recobrar la sexualidad a servicio del placer, cimentar nuevos modelos vinculares prepara las condiciones más adecuadas para el futuro familiar y de un niño.

Siguiendo a Graciela Zaldúa (2000) pensamos a la prevención como “un proceso que intenta asegurar, dentro de lo posible, las condiciones mínimas para que el destino de cada sujeto pueda permanecer incierto. Donde preservar la incertidumbre es un objetivo ético de la prevención frente a lo irreparable o irremediable de un destino que puede parecer signado por la certeza.”

“En la empresa científica no debería haber espacio para el horror a la nuevo. Por su carácter eternamente incompleto e insuficiente, la ciencia está condenada a confiar para su salud en nuevos descubrimientos y concepciones. A fin de no sufrir frágiles desengaños, hará bien en abroquelarse en el escepticismo y no aceptar nada nuevo que no haya resistido un riguroso examen. No obstante, en ocasiones este escepticismo exhibe dos caracteres insospechados. Se pone rígido frente a lo nuevo que llega, en tanto tiene por sacrosanto a lo ya consabido y creído, contentándose con desestimar aquello aún antes de someterlo a indagación” (S. Freud, 1924, pg227).

(*)FRAGMENTO DEL TRABAJO QUE OBTUVO EL PREMIO COMUNIDAD Y CULTURA 2008 DE LA FEDERACION PSICOANALITICA de AMERICA LATINA.

BIBLIOGRAFIA:

Berenstein, I., Puget, J. (1997) Lo vincular. Clínica y técnica psicoanalítica. Bs. As. Paidós.
Bydlowski, M. (1989) Désir d'enfant, désir de grossesse, évolution des pratiques de procréation. Psychopathologie Du Bébé (S. Lebovici, F. Weil-Halpern Eds.) Pgs: 57-65. Paris, P.U.F.
Bydlowsky, M. (1997), La Dette De Vie, Itinéraire Psychanalytique De La Maternité. Paris, PUF, Col. Le Fil Rouge.
Freud, S., (1895)): Proyecto de Psicología. Amorrortu Editores (AE), vol.1.
(1924) Las resistencias contra el psicoanálisis. AE. vol.19.
(1926): Inhibición, síntoma y angustia. AE, vol. 20.
Glocer de Fiorini, L. (2001). El deseo de hijo: de la carencia a la producción deseante. Rev. de Psicoanálisis. LVIII, 4, 965 a 976.
Héritier-Augé, F. (1993) Del engendramiento a la filiación. Psicoanálisis con niños y adolescentes .Nº 3. Giensa. Bs. As.1993.
Jadur, S Duhalde, C. Sexualidad y trastornos reproductivos. Otra mirada 5. APA. 2006
Jadur, S, Duhalde, C, Wainstein V. (2007) ¿Es posible disminuir los niveles de stress para optimizar los tratamientos de fertilización asistida? Congreso Anual de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer) Buenos Aires, 2007.
Jadur, S., Duhalde, C., Wainstein V., (2007) Emotional symptoms during IVF treatments. Annual mitting- International Consumer Support for Infertility (ICSI)- Lyon, Francia.
Jadur, S. (2007) Corpo e doação de gametas: novas formas de parentalidade. Jornal de Psicanálise. N° 72. Sao Pablo.
Puget, J. Wender, L. (1982) Analista y pacientes en mundos superpuestos. Psicoanálisis, APdeBA.Vol. 4, Nº 3.
Winnicott, D. (1958): Escritos de pediatría y psicoanálisis. Barcelona, Laia, 1979.
(1971): Realidad y juego. Buenos Aires, Gedisa, 1972.
Zaldùa, G. (2000) Género y salud. Eudeba. Bs. As.
 
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